El cuerpo contenedor del espacio íntimo, personal, social y público (proxémica). Un entrenamiento donde la conexión, integración y manifestación, van a ser los pilares fundamentales para un encuentro con el gesto espontáneo e individual. Pasando por las cuatro zonas donde la forma y el fondo coexisten, zona de confort, aprendizaje, pánico y magia.
Vivenciar el cuerpo (piel, huesos, músculos y órganos), a través de la respiración en relación con las distintas dinámicas. Desarrollar la conciencia ósea, esqueleto axial y apendicular para una perfecta distribución del peso corporal. Concienciar el espacio interno y su relación con el espacio externo. Liberar la casa corporal de tensiones innecesarias y, disfrutar todas las posibilidades del movimiento espontáneo. Conocer el propio cuerpo como motor de búsqueda para poder adquirir un buen uso de sus estructuras y las capacidades de fluir entre niveles de tensión óptimas.
Desarrollar un centro estable y fuerte desde donde alinear el cuerpo en movilidad, equilibrio, desequilibrio y la quietud. Mejorar y profundizar el sentido de la gravedad en sus variantes, fuerza centrifuga, centrípeta, acción, reacción, aceleración y caída. Estimular un profundo conocimiento psicofísico, una forma de pensar lo corporal desde la complejidad de la interacción mente-cuerpo, desde las posibilidades creativas, emocionales y trascendentes (holística).